La Plaza Esteve

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Una gran caja rectangular blanca sólo animada por una cuadrícula en relieve que crea sutiles contrastes lumínicos. Es la antigua sede del Instituto Andaluz de Reforma Agraria, de plena actualidad tras anunciarse su próximo derribo en Mayo. El proyecto, en el que colaboran Ayuntamiento y Zona Franca, habla de dar vista a la Plaza de Abastos, una vista perdida precisamente al levantarse el ahora cuestionado edificio. No hay que pasar por alto que la Plaza Esteve es uno de los lugares del centro que han sufrido mayores alteraciones en los últimos siglos. Fue en origen el llamado “Compas de San Francisco”, un gran espacio cerrado que estuvo vinculado al convento franciscano hasta 1840, en el que la mayor parte del cenobio fue demolido. Es entonces cuando comenzaría una transformación radical. Así, sobre parte del solar del claustro se levantará en 1885 el mercado de abastos. Su autor, José Esteve, construyó unas naves que superaban incluso la línea de fachada de la iglesia de San Francisco. Y es que el tamaño de la plaza que a partir de ese momento recibió el nombre de este arquitecto era mucho mayor que la actual. Amplitud eliminada en los años centrales del siglo XX, cuando la especulación (y el diseño del entonces arquitecto municipal Fernando de la Cuadra) llevará a reordenar toda la zona, adquiriendo un nuevo trazado recto y regular. Todo ello a base de demoliciones y nuevas edificaciones que cambiaron profundamente el entramado urbano. La actuación fue desafortunada y, sin embargo, es razonable la postura en defensa del edificio del IARA de personas como la historiadora Ricarda López. Sus valores estéticos o históricos pueden ser comprendidos o no pero en lo que muchos estamos de acuerdo es en lo inoportuno de su derribo y de que existen otras prioridades en Jerez y su casco histórico.

Aspecto de la plaza Esteve anterior a la construcción del edificio del IARA
Aspecto de la plaza Esteve anterior a la construcción del edificio del IARA
El proyecto de reordenación de la plaza
El proyecto de reordenación de la plaza

http://www.diariodejerez.es/article/opinion/1696503/la/plaza/esteve.html

Francisco Hernández Rubio

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El pasado domingo 19 de Enero se clausuró la exposición «Arquitectura de una mirada», desarrollada en los últimos meses en la Sala Pescadería Vieja y que ha sido comisariada por Adrián Fatou. Dedicada a la obra fotográfica del arquitecto Francisco Hernández Rubio (1859-1950), ha tenido el especial interés de mostrarnos la atrayente trayectoria como fotógrafo de este polifacético personaje jerezano. Además, ha sido una iniciativa financiada mediante el novedoso sistema del “micromecenazgo”, ya que se ha contado con el apoyo de un gran número de personas, muchas de ellas vinculadas al mundo de la Historia y del patrimonio locales. Es, por tanto, todo un ejemplo de cómo llevar a cabo con éxito proyectos culturales en tiempos de crisis y de cómo despertar las aletargadas inquietudes ciudadanas frente a este tipo de cuestiones.

Las imágenes recogidas en esta muestra que retratan la sociedad de su época son especialmente atractivas y destacan por sus sólidas y bellas composiciones, a la vez que por su fresca espontaneidad y la hábil captación del instante. Con todo, era inevitable que nos fijásemos también en aquellas fotografías que recogen la propia producción arquitectónica de Hernández Rubio. Dotado de una gran versatilidad, sus edificios y diseños discurren desde el historicismo decimonónico hasta el racionalismo más moderno, pasando por el estilo con el que más ha sido relacionado, el modernismo. En cambio, pese a su valía, por desgracia su obra no siempre ha sido valorada. Ahí están la desafortunada transformación de la portada de la Alcubilla de la bodega Domecq o, sobre todo, los espléndidos templetes o casetas que ideó para el parque González Hontoria, la mayoría aniquilados incomprensiblemente hace sólo unas décadas en un arrebato de progresismo desatinado y palurdo.

http://www.diariodejerez.es/article/opinion/1691290/francisco/hernandez/rubio.html

El Convento de San Agustín

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La historia de la orden de los agustinos en nuestra ciudad se desarrolla entre altibajos pero, sobre todo, es una historia con un final funesto. Llegan en el siglo XVI y se instalan cerca de la actual zona de Cuatro Caminos. Este primitivo monasterio, del que no ha quedado nada, fue desocupado ya en el siglo XVII por estar en un lugar inundable y distante del núcleo urbano. Con no pocas dificultades a lo largo de ese último siglo construyeron uno nuevo frente al Alcázar. Sin embargo, las desamortizaciones del siglo XIX traerían consigo la expulsión de los frailes y la conversión del edificio en cuartel. El templo siguió abierto pero acabó arruinado y, ante la genuina indolencia de los jerezanos, terminó derribado en una fecha relativamente reciente como es 1919. Quedan fotos de su fachada que nos hacen lamentar la pérdida de una iglesia que dignificaba un entorno insulso. Un desproporcionado bloque de viviendas la sustituye ahora. De las dependencias conventuales sobrevivieron sus dos claustros. Ocupado en su última etapa por la Guardia Civil, una parte de lo que quedó de San Agustín está siendo utilizado últimamente, y tras agresivas reformas, por la delegación municipal de Urbanismo. El resto ha permanecido entre escombros y sin uso hasta hoy. Mañana se inician las obras de rehabilitación que lo convertirán en un centro de negocios “de última generación”. ¿Otra buena noticia para nuestro centro y nuestro patrimonio? Tal vez, aunque siento no ser muy optimista. El proyecto habla de fundir la arquitectura contemporánea con los pocos vestigios antiguos que persisten, de construir una bóveda de cristal sobre el claustro mayor, simbolizando “la unión entre el Jerez histórico y el Jerez del futuro”. Rimbombantes palabras tras las que puede ocultarse otro engendro arquitectónico.

La desaparecida iglesia de San Agustín
La desaparecida iglesia de San Agustín
Así quedará el claustro mayor de San Agustín
Así quedará el claustro mayor de San Agustín

http://www.diariodejerez.es/article/opinion/1686105/convento/san/agustin.html

La ventana escondida

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El nuevo año nos ha traído una grata sorpresa. Se trata de un ventanal gótico aparecido en ese singular conjunto arquitectónico que tiempo atrás formaban el Tabanco del Duque y la bodega Parra Guerrero. Desde el blog “Jerez, Patrimonio Destruido” hemos presentado en estos últimos años varios escritos en el registro municipal instando a su restauración. En este sentido, me consta además la especial preocupación que ha tenido la historiadora Esperanza de los Ríos en llamar la atención repetidamente sobre su delicado estado. Pero el peligroso agravamiento de su conservación y las consecuentes denuncias de la Asociación de Vecinos del Centro Histórico parece que han sido determinantes para que se haya decidido intervenir por parte del Ayuntamiento. Ello ocurre desde el pasado mes de Diciembre, como ya se ha comentado aquí en varias ocasiones. Y es ahora, después de décadas de desprecio y de pérdidas irrecuperables, cuando el edificio nos regala, entre muros abatidos y tras la retirada de una abundante vegetación que la ocultaba, esta curiosa muestra de arquitectura gótica civil, que ha pasado desapercibida hasta hoy.

Una ventana que, dentro de su sencillez y relativa modestia, posee un indiscutible valor. Pese a su deterioro, creo que es posible vislumbrar que era en origen geminada, es decir, formada por dos pequeños arcos separados por una columnilla o pilarcillo. El hecho de que no se empleen arcos apuntados sino de medio punto peraltado la sitúa en una fase tardogótica, quizás de principios del siglo XVI. Deberán ser, en todo caso, los estudiosos de este periodo artístico quienes nos saquen de dudas. Mientras tanto, conste de nuevo la importancia de conservar esas viejas casas del centro, sin aparente gran interés, pero que pueden esconder pequeños tesoros como este.

http://www.diariodejerez.es/article/opinion/1681122/la/ventana/escondida.html